Actitudes negativas de los padres
Reprimir y no hablar del tema
Propiciar silencio es una situación tan común como dañina. Algunos especialistas refieren que esta actitud confunde a los niños acerca de sus inquietudes sobre sexualidad. El niño tiene la sensación de que sus interrogantes no pueden ser satisfechas por lo que lo sexual se transforma en un tema tabú y vergonzante.
Frecuentemente esto es producto de que los padres se sienten inseguros cuando se trata de dar a los niños información sobre sexo.
Los padres justifican esta actitud y señalan que no han hablado del tema porque el niño no se los ha preguntado. En realidad es una contradicción a la buena educación sexual ya que en otras funciones humanas los padres tendemos a tomar la iniciativa. El niño se percata de ello cuando alguna vez ha intentado satisfacer sus inquietudes y han aparecido respuestas, tales como: «eso no se pregunta, son cosas de grandes», «en otro momento te lo diré». Estadísticamente está comprobado que la mayoría de los niños ha recibido mayor información sobre sexualidad fuera de su hogar que de sus propios padres.
Actuar con falsedad e incoherencia
Es una actitud que los padres debemos evitar. El niño tarde o temprano se dará cuenta de la manera que actuamos y sabrá la verdad de que ha sido engañado por aquellos de quienes confiaba y esperaba más sinceridad.
Adelantarse a su madurez sexual
Algunos padres se adelantan a la sexualidad de sus hijos. Todos hemos sido testigos de adultos ansiosos por el comportamiento sexual de sus hijos y que consideran que ya les ha llegado la hora de hacerse hombres o mujeres. Llevarlos al prostíbulo o adelantarse para estimularlos a comprar anticonceptivos no debe formar parte del repertorio de la educación sexual.
Inseguridad y temores acerca del comportamiento sexual futuro de los hijos
Muchos padres temen sobre el comportamiento sexual de sus hijos en el futuro. La mayoría de las veces sin ningún fundamento, pero los temores repercuten en las reacciones y actitudes de los padres hacia los hijos.
Reírse y festejar sobre actividades relacionadas con la sexualidad
Los padres deben cuidarse de no utilizar los comportamientos y actitudes sobre asuntos sexuales como si los tales fueran trofeos para sus hijos y/o para ellos. La contrapartida de ridiculizar o rebajar al niño frente a sus actitudes también es perjudicial.
Mantener otros conceptos falsos sobre sexualidad
La mayoría de las personas abrazan mitos falsos referentes al sexo. Varios de ellos han sido ya citados. Debemos revisar constantemente nuestros conceptos y consultar ante dudas que surjan, para no perpetuarlos en nuestros hijos.
Factores de riesgo familiar
Existen situaciones familiares que pueden interferir el desarrollo adecuado de la sexualidad en el menor. Citemos algunos ejemplos:
– Los conflictos en la pareja que se expresan por descalificación hacia la imagen del otro progenitor, o cuando estos son manipulados por uno de ellos con o sin negación del contacto con el otro.
– Familias con historia de prostitución, alcoholismo, drogadicción.
– Mala relación padres-hijos, fundamentalmente con el padre del sexo opuesto.
– La sobreprotección que no permite el crecimiento y desarrollo madurativo de los hijos implica una situación de riesgo que dificulta una vivencia y un aprendizaje armónico de su sexualidad.
– Absentismo de uno de los padres. Las familias uniparentales con hijos en edades tempranas que falta una figura de identificación sin otros modelos cercanos adecuados, es un factor de riesgo en la identificación sexual. En el caso de progenitores fallecidos la identificación sexual puede completarse sanamente cuando el padre o madre fallecido queda integrado al imaginario familiar (tu padre era muy trabajador, a tu padre le gustaba la lectura) y el hijo/a hará su identificación con ese ser ahora ausente.
– Hijos no deseados. Esta condición es factor de riesgo porque implica rechazo.
– Hijos que son el producto de uniones frágiles, efímeras.
– Cohabitación de la madre con sucesivos compañeros que deja como consecuencia un embarazo por un simple intercambio sexual.
– Niños nacidos con enfermedades perinatales que por circunstancias patológicas tuvieron que ser alejados con separaciones muy prolongadas de los padres dificultando el apego.
– Inmadurez en los padres, que no asumen adecuadamente su rol parental. La relación padres-hijos que se caracteriza por la rigidez, inflexibilidad, con uso excesivo de castigos físicos.
Factores de riesgo socioculturales
Machismo
Nuestra sociedad esta impregnada de conceptos machistas. El mito que propone la superioridad masculina está arraigada en nuestra sangre, deformando los conceptos sexuales. Los medios de comunicación y la publicidad que la acompaña basan con frecuencia sus mensajes en este concepto.
Históricamente el machismo ha perjudicado nuestra sociedad y sobre todo a la mujer que ha sido víctima de todo tipo de atropellos y sus derechos sexuales no han sido considerados.
Cuando los padres perpetúan actitudes machistas en el hogar se sobredimensiona el problema; seguramente en su futuro el niño repetirá lo que ha visto.
Sobredimensión de la maternidad
Las expresiones tales como ¡¡madre hay una sola!! Pueden impresionar y sobre valorar a la mujer pero no es necesario hacerlo al precio de minimizar la paternidad ya que no favorece la formación de adecuados conceptos. La mujer debe cuidar esta actitud frente a sus hijos y valorar el rol de la paternidad.
Tomado del libro: «Algunas consideraciones sobre el Rol de los Padres en la Educación Sexual de sus Hijos»
de Jorge Patpatian