¿Cómo transmiten los padres los conceptos sexuales? (Parte 2)

9 octubre 2009

Actitudes negativas de los padres

Reprimir y no hablar del tema

Propiciar silencio es una situación tan común como dañina. Algunos especialistas refieren que esta actitud confunde a los niños acerca de sus inquietudes sobre sexualidad. El niño tiene la sensación de que sus interrogantes no pueden ser satisfechas por lo que lo sexual se transforma en un tema tabú y vergonzante.

Frecuentemente esto es producto de que los padres se sienten inseguros cuando se trata de dar a los niños información sobre sexo.

Los padres justifican esta actitud y señalan que no han hablado del tema porque el niño no se los ha preguntado. En realidad es una contradicción a la buena educación sexual ya que en otras funciones humanas los padres tendemos a tomar la iniciativa. El niño se percata de ello cuando alguna vez ha intentado satisfacer sus inquietudes y han aparecido respuestas, tales como: «eso no se pregunta, son cosas de grandes», «en otro momento te lo diré». Estadísticamente está comprobado que la mayoría de los niños ha recibido mayor información sobre sexualidad fuera de su hogar que de sus propios padres.

Actuar con falsedad e incoherencia

Es una actitud que los padres debemos evitar. El niño tarde o temprano se dará cuenta de la manera que actuamos y sabrá la verdad de que ha sido engañado por aquellos de quienes confiaba y esperaba más sinceridad.

Adelantarse a su madurez sexual

Algunos padres se adelantan a la sexualidad de sus hijos. Todos hemos sido testigos de adultos ansiosos por el comportamiento sexual de sus hijos y que consideran que ya les ha llegado la hora de hacerse hombres o mujeres. Llevarlos al prostíbulo o adelantarse para estimularlos a comprar anticonceptivos no debe formar parte del repertorio de la educación sexual.

Inseguridad y temores acerca del comportamiento sexual futuro de los hijos

Muchos padres temen sobre el comportamiento sexual de sus hijos en el futuro. La mayoría de las veces sin ningún fundamento, pero los temores repercuten en las reacciones y actitudes de los padres hacia los hijos.

Reírse y festejar sobre actividades relacionadas con la sexualidad

Los padres deben cuidarse de no utilizar los comportamientos y actitudes sobre asuntos sexuales como si los tales fueran trofeos para sus hijos y/o para ellos. La contrapartida de ridiculizar o rebajar al niño frente a sus actitudes también es perjudicial.

Mantener otros conceptos falsos sobre sexualidad

La mayoría de las personas abrazan mitos falsos referentes al sexo. Varios de ellos han sido ya citados. Debemos revisar constantemente nuestros conceptos y consultar ante dudas que surjan, para no perpetuarlos en nuestros hijos.

Factores de riesgo familiar

Existen situaciones familiares que pueden interferir el desarrollo adecuado de la sexualidad en el menor. Citemos algunos ejemplos:

– Los conflictos en la pareja que se expresan por descalificación hacia la imagen del otro progenitor, o cuando estos son manipulados por uno de ellos con o sin negación del contacto con el otro.

– Familias con historia de prostitución, alcoholismo, drogadicción.

– Mala relación padres-hijos, fundamentalmente con el padre del sexo opuesto.

– La sobreprotección que no permite el crecimiento y desarrollo madurativo de los hijos implica una situación de riesgo que dificulta una vivencia y un aprendizaje armónico de su sexualidad.

– Absentismo de uno de los padres. Las familias uniparentales con hijos en edades tempranas que falta una figura de identificación sin otros modelos cercanos adecuados, es un factor de riesgo en la identificación sexual. En el caso de progenitores fallecidos la identificación sexual puede completarse sanamente cuando el padre o madre fallecido queda integrado al imaginario familiar (tu padre era muy trabajador, a tu padre le gustaba la lectura) y el hijo/a hará su identificación con ese ser ahora ausente.

– Hijos no deseados. Esta condición es factor de riesgo porque implica rechazo.

– Hijos que son el producto de uniones frágiles, efímeras.

– Cohabitación de la madre con sucesivos compañeros que deja como consecuencia un embarazo por un simple intercambio sexual.

– Niños nacidos con enfermedades perinatales que por circunstancias patológicas tuvieron que ser alejados con separaciones muy prolongadas de los padres dificultando el apego.

– Inmadurez en los padres, que no asumen adecuadamente su rol parental. La relación padres-hijos que se caracteriza por la rigidez, inflexibilidad, con uso excesivo de castigos físicos.

Factores de riesgo socioculturales

Machismo

Nuestra sociedad esta impregnada de conceptos machistas. El mito que propone la superioridad masculina está arraigada en nuestra sangre, deformando los conceptos sexuales. Los medios de comunicación y la publicidad que la acompaña basan con frecuencia sus mensajes en este concepto.

Históricamente el machismo ha perjudicado nuestra sociedad y sobre todo a la mujer que ha sido víctima de todo tipo de atropellos y sus derechos sexuales no han sido considerados.

Cuando los padres perpetúan actitudes machistas en el hogar se sobredimensiona el problema; seguramente en su futuro el niño repetirá lo que ha visto.

Sobredimensión de la maternidad

Las expresiones tales como ¡¡madre hay una sola!! Pueden impresionar y sobre valorar a la mujer pero no es necesario hacerlo al precio de minimizar la paternidad ya que no favorece la formación de adecuados conceptos. La mujer debe cuidar esta actitud frente a sus hijos y valorar el rol de la paternidad.

Tomado del libro: «Algunas consideraciones sobre el Rol de los Padres en la Educación Sexual de sus Hijos»
de Jorge Patpatian


¿Cómo transmiten los padres los conceptos sexuales? (Parte 1)

9 octubre 2009

Los padres siempre comunican conceptos sobre sexualidad a sus hijos y básicamente ésta transmisión depende de cuatro variables:

1) Depende de como sienten y experimentan su propia sexualidad.

Los sentimientos y emociones que tengan los padres sobre el sexo son determinantes. Una actitud positiva hacia el sexo redunda en beneficio para el menor. Por el contrario los sentimientos de fracaso, prejuicios, tabúes, miedos, culpas, etc., afectan la función educativa dejando también huellas en los hijos.

2) El niño recibe formación de acuerdo al modelo que percibe de sus padres.

Aun aquellos que no hablan sobre temas sexuales con sus hijos, imparten educación sexual. El modelo que el niño percibe diariamente, las actitudes de los padres hacia sus propios cuerpos, los roles que cada uno de ellos cumple, la relación afectiva y sus manifestaciones, son el principal modelo que consciente o inconscientemente seguirán o rechazarán los hijos en el futuro.

Todos estos aspectos se inician mucho antes de que los padres brinden información verbal. Este modelo que se transmite nutre diariamente su vida. Esto es lo que «respira en el ambiente familiar» y es la base sobre la cual, los demás elementos de socialización (escuela, amigos, medios de comunicación social) intervienen y producen sus efectos.

3) Los padres transmiten a través de sus actitudes y gestos.

La actitud que tienen los padres a la hora de brindar información es primordial. La comunicación no verbal que acompaña lo expresado en palabras trasluce aprobación o rechazo y otorgan determinados valores a la información.

La motivación, el tono de voz, el contacto visual, ya sea directo, evasivo, etc.; la postura relajada o tensionada; los silencios, omisiones o indiferencia; así como el miedo o el nerviosismo frente a las inquietudes y preguntas, son elementos fundamentales.

4) Transmisión de conceptos que dependen de la comunicación verbal.

Los elementos verbales y la forma de expresarnos que acompañan nuestros sentimientos, gestos y actitudes son factores determinantes.

Las palabras que están impregnadas de honestidad, apertura al diálogo cuando hay inquietudes, coherencia entre lo que se hace y lo que se dice, confianza, respeto, seriedad, la naturalidad con que encaramos el tema son también factores que influyen en la transmisión de conceptos sexuales.

Entre los elementos negativos que debemos evitar, destacamos por ejemplo: ignorancia simulada, indiferencia, ridiculez, jactancia cuando hace preguntas sobre el tema, o repudio o intimidación, entre otros. Seguidamente ahondaremos con más detalles algunas actitudes positivas y otras negativas por parte de los padres.

Actitudes Positivas de los Padres

1. Modelo conyugal

La relación de pareja y lo que el niño percibe de ella es el ejemplo más importante que seguirá. Las características personales del padre del mismo sexo, la forma de vincularse con su cónyuge, el manejo y cumplimiento de sus roles, entre otros factores, son las bases que marcarán la conducta sexual del menor. El niño imitará o rechazará lo que él vea de esta relación y del ejemplo que haya percibido de cada uno de ellos.

La relación de la pareja, el amor, el respeto mutuo, la tolerancia, condiciona la conducta de los hijos en el futuro. Un niño que ha visto y experimentado el amor de los padres entre sí y hacia él, tendrá un camino llano y seguro para creer y experimentar el amor que otros puedan tener por él en la vida adulta.

La presencia de conflictos familiares que no se pudieran resolver o manejar en forma adecuada, actuarán como elementos negativos y tendrán la marca de lo que no se desea para la vida. La falta de confianza y seguridad de que a él podría ocurrirle lo mismo será una realidad latente. Todo esto condiciona la elección y la convivencia en su vida de pareja, sus prácticas sexuales y la relación que él tendrá con sus hijos en los siguientes años, porque estará marcado por el sello que ha recibido.

Cada niño reacciona de manera distinta cuando los vínculos afectivos de la pareja no son las mejores y no podemos generalizar porque esta reacción dependerá de otros múltiples factores. Entre ellos, el momento evolutivo donde el conflicto aparece, de la posibilidad de afecto que el niño observa a través de otras personas, etc. Ante esta situación siempre debemos evitar críticas y juicios de pareja delante de los hijos. Esto menoscaba la imagen de los padres y es perjudicial para el menor.

Una familia estable que tiene adecuados vínculos afectivos, cuyos miembros se valoran garantiza el desarrollo de un niño y adolescente más sano, libre y sexualmente responsable.

2. Buena comunicación padres-hijos

A no menos que exista una buena relación padres-hijos y diálogo adecuado, será difícil encarar el tema en forma satisfactoria. Diversas situaciones impiden una comunicación abierta intergeneracional. Un estudio realizado a estudiantes de secundaria en Perú indicó que sobre diez mil alumnos entrevistados con la pregunta: ¿A quién acudes cuando tienes un problema serio?, el 37% de los adolescentes entre 11 y 15 años dice no acudir a nadie. Esta investigación revela la gran soledad que sufren los menores. Muchos de los menores que consultan no lo hacen con sus padres cuando tienen dificultades. Por esta razón es necesario enfatizar la importancia de tener una mayor comunicación familiar. Esto no se adquiere de un día al otro. Cuesta mucho trabajo crear y mantener buenos canales de comunicación familiar. Es un proceso complejo que requiere esfuerzo.

Los especialistas indican algunas pautas para mejorar la comunicación familiar: entre ellas se destacan:

– Las reglas que los padres imponen sin una correcta relación pueden derivar en rebelión de los hijos. Antes de dar reglas es necesaria una buena relación.

– Compartir tiempo y espacio con ellos.

– Escuchar en forma adecuada, atendiendo sus emociones y sentimientos.

– Dar confianza. Tener por norma de relación que el niño es inocente. Hasta que se demuestra lo contrario, no es culpable.

– Cuando se necesite corregir, hacerlo en privado. La crítica pública humilla y daña la comunicación ulterior.

– Ser consecuente pero flexible y aprender a ceder en determinadas circunstancias.

3. Amor incondicional

El amor incondicional de los padres hacia los hijos es fundamental en fomentar bases sólidas para su autoestima y salud emocional. Esto significa aceptarlo por lo que es y no por lo que tiene o hace. El niño no debe ganarse el amor de los padres, debe ser tácito, por derecho de ser hijo. Si un niño presenta carencias afectivas precoces tendrá un terreno propicio para cultivar enfermedades mentales y patologías sexuales. Se describen cuadros psiquiátricos graves como depresión y esquizofrenia, en estas situaciones. Carencias afectivas que se desarrollan más tardíamente, ya sean por disgregación familiar, ruptura, abandono o deserción de uno de los padres, entre otras múltiples situaciones, tienen su expresión en trastornos en la esfera afectiva con inmadurez para establecer vínculos sociales estables, satisfactorios y duraderos.

La ausencia de afecto y amor incondicional, sumada a la percepción que él es un estorbo para los padres puede crear serias frustraciones con riesgo de desembocar en trastornos emocionales y sexuales en el futuro.

4. Fomentar su autoestima

La autoestima es el valor y la aceptación adecuada de sí mismo. Según tenga ésta capacidad podrá valorar y aceptar a los demás. Quien se siente amado y valorado desde los primeros años de su vida, experimenta la sensación de aprecio y adquiere una saludable sensación de importancia y valía personal. Todo esto contribuye para que en el futuro, tenga la sensación y la seguridad de que otros lo amarán a él. Cuando hay una baja autoestima, aparecen sentimientos de rechazo cuyas manifestaciones se hacen ostensibles en múltiples áreas de su vida, entre ellas la sexual.

La ausencia de manifestaciones positivas por parte de la familia hacia el menor, pueden traducirse tarde o temprano en trastornos de conducta o en desconexiones afectivas. La pérdida de confianza en sí mismo también es un factor de riesgo para buscar sustitutos como el alcohol y la droga con la ilusión de encontrar un sentido y seguridad que su familia no ha podido brindar. La autoestima adecuada en un menor es una vacuna que inmuniza y que otorga anticuerpos frente a estas situaciones.

5. Contacto físico adecuado

El amor incondicional y una buena comunicación se expresan a través de un adecuado contacto físico. Necesitamos expresar afectos a través de abrazos, caricias y besos. El menor necesita ser abrazado y acariciado por los padres. Esto no constituye en seres responsables y con adecuadas intenciones ninguna forma de abuso sexual. Es más, la comunicación y la transmisión de afectos a través del contacto adecuado estimula la confianza y la autoestima y es una base adecuada para su futuro rol sexual.

6. Aceptar el sexo biológico del niño

El niño debe ser aceptado cualquiera fuere su sexo y debe ser tratado y educado con los roles culturales de su género. Cambiar esta norma, es confundir al niño. También debemos tener en cuenta una diferenciación al elegir su nombre. Es mejor no dar lugar a confusiones.

7. Aceptar todo el cuerpo como algo natural

Con especial referencia aludimos a los órganos y funciones sexuales. Cuando un padre tiene la convicción de que hay partes del cuerpo que son malas, sucias y ocultas, y distintas al resto, es un falso concepto que no contribuye a una educación sexual adecuada. Las actitudes correctas que un menor tenga de su propio cuerpo y de todos sus órganos, dependerán de lo que los padres hayan transmitido a través de sus miradas, actitudes, respuestas y explicaciones recibidas. El cuerpo humano no tiene partes buenas y malas, limpias ni sucias. Una aceptación adecuada de todo el cuerpo y del ser es una base firme para transmitir conceptos sexuales positivos.

8. Transmitir valores y no solamente información biológica

Hay conceptos que los padres deben transmitir acerca de lo que se espera del hombre y de la mujer. Una actitud positiva en la educación sexual que los padres construyen pasa por la transmisión de valores que trasciende lo anatómico o fisiológico. El niño necesita orientación y límites. Los padres debemos compartir valores morales que respondan en forma positiva y contrarresten la crisis sexual que vive nuestra sociedad.

Tomado del libro: «Algunas consideraciones sobre el Rol de los Padres en la Educación Sexual de sus Hijos»
de Jorge Patpatian


Mitos de la Educación Sexual

4 septiembre 2009

El Diccionario de Sexología del Dr. Flores Colombino define un mito sexual como un relato fabuloso con apariencia de realidad que contiene información sexual equivocada o carente de valor científico aunque sea de gran predicamento popular. Por generaciones existen estas falsas verdades. Los mitos dificultan la enseñanza de la sexualidad y multiplican la ignorancia. Veamos algunos de ellos.

La educación sexual consiste en brindar información sobre anatomía y fisiología sexual.

Esto no es totalmente cierto. La educación sexual no se limita exclusivamente a impartir información sobre aspectos anatómicos o fisiológicos de la reproducción. Este solo es una parte de la educación sexual. El aspecto formativo que se transmite a través de las actitudes de los padres comienza mucho antes que el niño formule sus interrogantes y tienen un importante papel en su formación. La información puede omitirse en el proceso educativo, pero las actitudes de los padres se transmiten siempre y dejan huellas sobre el menor.

«Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos. Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón. Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, y a la inteligencia llama parienta; para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras.» Prv. 7:1-5

La sexualidad tiene que ver solo con el coito.

Es un error reducir la sexualidad a lo estrictamente genital. No podemos confinarla exclusivamente a la procreación así como tampoco a su función erótica. La sexualidad es una dimensión más amplia que incluye todo nuestro ser siendo resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Nuestra sexualidad se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.

En la actualidad los niños y los adolescentes están informados sobre sexo.

No siempre es así. El sensacionalismo sexual que presentan los medios de comunicación vende la idea que todos conocen el tema. Lo cierto es que muchos carecen de información que provea elementos para tener una conducta sexual apropiada. La desinformación es más pronunciada cuando los padres evitan hablar sobre el tema. El menor buscará saciar su curiosidad en fuentes no fieles. Posiblemente de sus amistades, de revistas pornográficas y en los ejemplos que observe de la TV o del ambiente que lo rodea. En esta situación el menor tiene mayor riesgo de cometer errores que podrán marcar su futuro.

Estimular a un adolescente para acelerar experiencias sexuales contribuye a su madurez sexual.

Es un error apurar a los hijos para que asuman roles y conductas sexuales activas en una edad en la que no están preparados. Aun si el menor tiene las condiciones biológicas para ejercer su genitalidad, esto no significa que tenga la madurez suficiente para hacerlo. Se debe prestar especial cuidado de las primeras relaciones sexuales, muchas de las cuales crean frustración e inseguridad y no se realizan en las mejores condiciones.

«Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo.
¿Se derramarán tus fuentes por las calles,
Y tus corrientes de aguas por las plazas?» Prv. 5:15,16

Los encuentros sexuales constituyen siempre una experiencia gratificante.

La idea que muchos individuos tienen, particularmente los adolescentes, es que las relaciones sexuales constituyen siempre una experiencia emocional sumamente gratificante. En realidad así tendría que ser pero la experiencia demuestra que esto no siempre ocurre. En ocasiones el encuentro sexual está envuelto de una serie de circunstancias que se acompañan de frustraciones, temores, miedos, dolor, amargura, resentimientos, etc. Debemos tener en cuenta estos sentimientos y conocer aquellas conductas que pueden desembocar en consecuencias negativas. Lo que las telenovelas y otros medios nos venden, que la sexualidad es solo amor, romance, fascinación y placer es también un mito que debemos desterrar. Una relación sexual satisfactoria requiere un buen preludio, inicio y desarrollo satisfactorio, un final también gratificante, seguido de la satisfacción que produce el recuerdo. No siempre todas estas etapas se cumplen y cuando esto ocurre, el encuentro sexual no ha sido realmente una experiencia gratificante.

«Ahora pues, hijos, oídme, y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa; para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel; no sea que extraños se sacien de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño; y gimas al final, cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión;» Prv. 5:7-12

La sexualidad es solo tema para adultos.

A partir de los aportes del psicoanálisis se sostiene que la sexualidad humana existe mucho antes de la maduración y la aparición de los caracteres sexuales secundarios. La influencia de los padres sobre la sexualidad de los hijos comienza desde el momento que se acepta el embarazo y el nuevo ser y la aceptación sea cual sea su sexo. Luego del nacimiento el aprendizaje es continuo y permanente y se funda mucho antes de comenzar la edad adulta.

Proverbios 5:1 y 7:1 el padre le enseña al hijo, su contexto es en medio del sexo.

La curiosidad es morbosa

Esto también es un falso concepto. El interés que un niño tiene sobre asuntos sexuales forma parte de la curiosidad normal y de su crecimiento. Esto no representa ningún signo de anormalidad. Lo que no es aconsejable para el niño es dejarle dudas o no responder sus interrogantes. Por este motivo uno de los objetivos de la educación es satisfacer su normal curiosidad.

«El hijo sabio recibe el consejo del padre; mas el burlador no escucha las reprensiones. «Prv. 13:1, «El corazón entendido busca la sabiduría; mas la boca de los necios se alimenta de necedades.» Prv. 15:14, «Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman.»Prv. 15:22

Hablar de sexo con los menores estimula la actividad sexual y aumenta la promiscuidad.

En realidad es lo contrario. Está demostrado que la falta de una educación adecuada es una de las causas por las que muchos tienen un mal manejo de su sexualidad, lo que frecuentemente se traduce por disfunciones sexuales, embarazos precoces, abortos, enfermedades de transmisión sexual, etc. El desconocimiento sobre sexualidad y reproducción, sumado a conceptos populares falsos, estimulados por los medios masivos y agravados por modelos negativos, traen como consecuencia que las primeras exploraciones sexuales sean inesperadas, irresponsables y negativas. Diversos estudios han demostrado que los adolescentes bien informados tienen mayor habilidad de postergar las actividades sexuales y comportarse con mayor responsabilidad. Cuanta más información maneje un niño y adolescente sobre temas sexuales proveniente de su hogar, menos la buscará en otras fuentes, y probablemente el inicio de su vida sexual se postergue para ser realizado en condiciones más seguras y responsables.

«Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre;
átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen, para que te guarden de la mala mujer, de la blandura de la lengua de la mujer extraña. No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos;» Prv. 6:20-25

Se debe aprender de la experiencia.

La experiencia no siempre es el mejor camino para aprender sobre sexo. Por el contrario, una experiencia negativa que ocurre inesperada y precozmente suele falsear el conocimiento y dar una idea equivocada sobre lo que es la sexualidad dejando huellas que marcarán su conducta futura.

«Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.» Prv. 24:30,31

Tomado del libro: «Algunas consideraciones sobre el Rol de los Padres en la Educación Sexual de sus Hijos»
de Jorge Patpatian


Valor para marcar la diferencia

11 agosto 2009

“..Pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros…”

Fil. 2:20

En el capítulo 2 de la Carta a los Filipenses, el Apóstol Pablo nos presenta varios ejemplos. En primer lugar, de los versículos 5 al 11, nos presenta el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, En segundo lugar, en el versículo 17, Pablo nos habla de su ejemplo personal, y nos dice que estaba dispuesto a cualquier sacrificio para seguir adelante en su ministerio. Y en tercer lugar, (versículo 19 en adelante) Pablo nos habla del ejemplo de 2 colaboradores suyos: Timoteo y  Epafrodito.

Acerca de Timoteo, Pablo afirma: “a ninguno tengo del mismo ánimo y que tan sinceramente se interese por vosotros” (vs. 20), “pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio” (vs. 22). Por otra parte, Pablo dice acerca de Epafrodito: “mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero y ministrador de mis necesidades” (vs. 25), “porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros” (vs. 26), “porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí”.

En nuestra sociedad actual,  donde predominan  el egoísmo, la auto – exaltación y el provecho personal, la Palabra de Dios nos presenta el testimono de siervos de Dios, que son ejemplos para nosotros. Por supuesto que nuestro mayor ejemplo es del Señor Jesucristo, quién lo dejó todo y se humilló a sí mismo por causa de nuestro pecado, y  fue “obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (vs. 7 -8).  Pero también vemos el ejemplo de hombres como Timoteo y Epafrodito. Mientras la actitud de otros pudo ser el conformismo, la indiferencia, la auto – complacencia o el desanimo,  estos colaboradores de Pablo, tuvieron el valor para marcar la diferencia.

Eso mismo quiere Dios de nosotros. Dios quiere que seamos creyentes que tengamos el valor de marcar la diferencia.

PUNTO DE ACCIÓN:

¿Qué habla a nuestra vida el ejemplo de estos siervos de Dios?. ¿Estamos marcando la diferencia, en el hogar, el trabajo, nuestro lugar de estudio, en el ministerio, en la iglesia?


Sexo para el matrimonio

18 junio 2009

Recientemente leía en la web:

“Mi mujer y yo elegimos llegar castos al matrimonio”, recuerda Kaká

El mejor futbolista del mundo y líder del Milán reivindica la abstención y la fidelidad: “La primera noche fue bellísima”, dice en una entrevista

Kaká, el astro brasileño considerado actualmente el mejor futbolista del mundo, confirmó este martes, 5 de junio, su fidelidad al Milán y cerró sus puertas al Real Madrid. Su sentido de la fidelidad, sin embargo, no se limita a lo meramente deportivo.

En una entrevista para la revista Vanity Fair, Ricardo Izecson dos Santos Leite, más conocido como Kaká, reivindica el valor de la abstinencia y la fidelidad: “No fue fácil llegar al matrimonio sin haber estado nunca con una mujer”, reconoce el futbolista.

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“Castos al matrimonio”

Mi mujer y yo elegimos llegar castos al matrimonio. La Biblia enseña que el verdadero amor se alcanza sólo con la boda, con el intercambio de sangre, el que la mujer pierde con la virginidad. Para nosotros la primera noche fue bellísima”, comenta Kaká en la entrevista.

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Prueba de amor

El jugador también explica cómo conoció a la que hoy es su esposa, Caroline Celico: “Fue en una fiesta en Sao Paolo. Mi padre y su madre, Rosangela Lyra, administradora delegada de la firma Christian Dior en Brasil, se conocían y nos presentaron. Intercambiamos el número de teléfono, después fui a buscarla para su cumpleaños”.

“Cumplía 15 años, yo tenía 19. Pero en Brasil ya era famoso y, en 2002, a la vuelta de la victoria en el mundial, nos hicimos novios. A los 20 años ya pensaba en el matrimonio, siempre lo he hecho. Pero tuvimos que esperar tres años: uno en Brasil y dos estando lejanos, pues vine a jugar al Milán y ella era demasiado joven para seguirme. Pero ese periodo fue importante, puso a prueba nuestro amor”, concreta.

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“Evitar las tentaciones”

Kaká, persona de fuertes convicciones religiosas, confiesa que trata de “evitar las tentaciones”: “Existen siempre, pero intento evitarlas. Desde que estoy en Italia no he ido nunca a discotecas, salvo a las fiestas del Milán y siempre con mi mujer”.

“Entre nosotros, cuando ella estaba aún en Brasil, había un pacto: libres de salir con los amigos, pero a medianoche se vuelve a casa y se telefonea. Caroline y yo hemos hecho muchos sacrificios”, concluye Kaká.

“La mano de Dios”

La estrella brasileña de fútbol profesa una inquebrantable fe en Jesús y pertenece a la asociación Atletas de Cristo, fundada a finales de los 70. El representante europeo de esta asociación, Jaime Garrido, afirmaba recientemente: “No somos una religión nueva, somos una asociación espiritual para ayudar a los deportistas, le damos mucha importancia a la familia”.

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